¿Por qué hacen ruidos los gatos?
Los ruidos de gatos no siempre son un problema. A menudo, son simplemente su manera de comunicarse contigo o con el entorno. Pero claro, también pueden ser una señal de que algo no va del todo bien. La clave está en escuchar con atención y fijarte en su comportamiento general.
Mi gato hace ruido al respirar: ¿me preocupo?
Si de repente notas que tu gato hace un ruido raro al respirar, lo primero es observar. ¿Es algo puntual? ¿Va acompañado de otros síntomas?
Algunas causas comunes son:
- Asma felina, bastante más común de lo que parece.
- Bolas de pelo que intenta expulsar.
- Algún resfriado gatuno. Sí, también se resfrían.
- Algo que se le ha metido en la nariz o garganta, como polvo.
- Las vías respiratorias estrechas de algunas razas con cara chata (como los persas).
Ahora bien, si respira con la boca abierta, parece que le cuesta respirar, o notas secreción nasal, no lo dudes: acude al veterinario. Mejor pecar de precavido que lamentarlo después.
¿Tu gato hace un ruido como si se ahogara?
Este ruido asusta, lo sabemos. A veces puede parecer que se está atragantando o que algo no le deja respirar bien. Lo cierto es que, muchas veces, es solo una bola de pelo que intenta expulsar. Pero también podría ser algo más serio, como una obstrucción, una alergia o incluso un golpe de calor si ha estado en un sitio muy cerrado.
Si notas que le pasa a menudo o le dura más de lo normal, mejor que lo revise el veterinario.
¿Por qué mi gato hace ruidos de paloma?
Cuando los felinos están emocionados, felices o mirando algo que les llama la atención, es habitual que emitan determinados sonidos. Si tu gato hace un ruido de paloma, como un gorjeo, posiblemente es por alguno de esos motivos. También puede ser que haya encontrado un pájaro u otro animal. No te preocupes, es completamente normal e incluso bastante gracioso.
Muchos tutores lo reconocen como parte de su “lenguaje secreto”. A veces, estos sonidos también pueden hacerse más frecuentes cuando están más inquietos de lo habitual, por ejemplo durante el celo. Si has notado ese tipo de comportamiento, quizás te interese saber un poco más sobre cómo calmar el celo de una gata, especialmente si buscas opciones naturales.
Ruidos al respirar mientras duerme: ¿ronca mi gato?
Sí, los gatos también pueden roncar. Si hace ruido al respirar cuando duerme, puede que esté profundamente relajado o que tenga la nariz un poco congestionada. Como nos pasa a nosotros, vaya.
Lo que sí hay que vigilar es si el ruido es muy fuerte, constante, o si parece que deja de respirar por momentos. Ahí sí conviene una revisión para descartar problemas respiratorios más serios o acumulación de líquido en el pecho (llamado derrame pleural).
¿Qué puedes hacer tú?
Lo primero: no entres en pánico. Muchas veces es algo puntual o tiene fácil solución. Lo segundo: observa a tu gato. Si notas un comportamiento raro, falta de apetito, que está más quieto de lo normal, o si esos ruidos se repiten, puedes consultar a un veterinario para quedarte tranquilo.
Si sospechas que los ruidos pueden estar relacionados con el estrés, o simplemente quieres ayudarle a calmarse un poco, puedes probar con soluciones naturales. El aceite de CBD para gatos es una forma suave y segura de ayudarles a estar más tranquilos.
Escucha a tu gato
No hace falta obsesionarse con cada sonido que hace tu gato, pero tampoco conviene ignorarlos. Ellos no tienen palabras, pero sí tienen su forma de comunicarse: con su cuerpo, con la mirada… y sí, también con los ruidos que hacen.
Un cambio en su forma de respirar, un ronquido nuevo, o un maullido más largo de lo habitual, son formas de decir que no está cómodo o que le pasa algo. Por eso es tan importante que observes a tu gato con calma, sin agobios, pero con atención. Que sepas cómo respira normalmente, cómo duerme, qué ruidos hace cuando está contento o enfadado.
Conocer sus costumbres te permite detectar a tiempo cualquier cambio e incluso detectar estrés en gatos. Y en el mundo felino, detectar algo a tiempo puede marcar la diferencia entre una visita de rutina al veterinario o algo más complicado.
Así que no hace falta que te vuelvas experto en medicina felina, pero sí que te animes a escuchar a tu gato con los ojos y con el corazón. Porque aunque no te hable con palabras, confía en ti para que lo cuides, lo entiendas y lo protejas.